Actores de Reparto.

Me gusta mucho el cine. Sobre todo el independiente. El de las producciones modestas centradas en fenómenos y personas de la vida corriente, aunque no negaré mi fascinación por algunas famosas y millonarias superproducciones.

Esa simpatía por el séptimo arte me ha llevado a hacer comparaciones con la vida real, en las que frecuentemente siento que estoy actuando, siguiendo un guión que, por lo general, como en el cine, no lo escribe el actor.

Esta convicción se refuerza cuando ese guión me relega a los créditos pequeños, esos que pasan a gran velocidad al final de la película y que nadie lee, porque no me gustan los segundos papeles, menos los créditos finales.

Una de mis notas características, quizá una gran debilidad, es el deseo de aparecer, ganar la aprobación, la caricia social, el reconocimiento público, protagonizar.

Descubro que esta tendencia mía y, sin duda, de muchos, causa duras decepciones porque el guión real, el de la vida diaria, es uno en el que las protagonizaciones son pocas. Las películas más exitosas se realizan con el trabajo y aporte de los personajes de reparto y de los “extras”. Sin los 14 mil extras y los 15 mil animales que participaron en ella, “Los Diez Mandamientos” probablemente hubiese sido una película más. 

Ciertamente, el gran film de la vida real se realiza por los pequeños papeles que interactúan tejiendo un argumento común en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades más íntimas del corazón. Por ello, al cruzarnos en el camino con otros actores de reparto, compartamos con gratitud la alegría de ser parte de la película.