miércoles, 16 de noviembre de 2016

A veces las cargas se hacen más pesadas... 

...de lo que podemos tolerar y reaccionamos. Luego nos sentimos culpables por reaccionar y así pareciera que se vuelve un circulo de estupideces continuas. Hacemos y decimos cosas que realmente no querríamos decir o hacer o, mejor dicho, si las quisimos decir en el momento de la furia pero no representan lo que nuestro corazón siente. Luego, al pasar la ira, vienen las lágrimas de tristeza y de vergüenza, porque en el acto rabioso descontrolado, en segundos de incontinencia hemos dicho o hemos hecho algo que le ha roto el corazón a alguien que nos importa. Vendrán 100 días de tristeza por cada ataque de ira incontenida. Sin embargo, cuánto cuesta quedarse callado, hacer silencio y contar hasta 10, hasta 100, hasta cuanto sea necesario con tal de no ceder al morbo de la ira. 

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