sábado, 24 de marzo de 2018

Meditación de las siete palabras. La primera (Lc 23, 34): Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.


El Señor Jesús perdona desde el dolor indecible de sentir desgarrado su cuerpo por los clavos de la cruz, desde la conmoción que le ha causado la deserción, la traición de sus amigos que le han dejado en una soledad espantosa, él perdona desde la infamia de ser considerado un deshecho, perdona a quienes con saña y morbo, ventaja y cobardía lo están matando.


En circunstancias históricas corrientes, aún desde la comodidad del reclinatorio, del sillón o del teclado del computador a todos nos resulta no poco difícil concebir el perdón. No digamos lo que significa estar llamados a perdonar desde la cola para obtener alimentos o medicamentos mientras somos extorsionados con precios inalcanzables, desde la carencia de servicios públicos eficientes y suficientes, desde la impotencia de llevar a nuestros enfermos a hospitales sin cama ni insumos, o desde las farmacias sin medicamentos, los supermercados sin comida y los bancos sin dinero; o desde el sufrimiento de la cruz de ver partir a nuestros hijos para convertirse en exiliados, desde el dolor de sentir la familia dividida, desde el temor a perder la libertad por la supresión gradual y sostenida de nuestros derechos. Desde la realidad histórica de tanta injusticia y calamidad!!!!

Seremos nosotros capaces de invocar el perdón de Dios sobre aquellos que son culpables de robarnos la vida y la alegría? Podremos, como Cristo, desde nuestros sufrimientos y agonías, perdonar al verdugo que los ocasiona y desde nuestra propia cruz exclamar con el Señor: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen?


Padre Alberto Gutiérrez, Parroquia Purísima Madre de Dios y San Benito de Palermo, en El Bajo.

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